martes, junio 20, 2006

Del cartero cristiano...


Leslie Dunkin contó de un perro que tenía cuando era muchacho. Su padre, de vez en cuando, probaba la obediencia del perro. Colocaba un tentador trozo de carne en el piso y daba esta orden: "¡No!". El perro, que debe haber tenido una fuerte urgencia de tomar la carne, terminaba en una posición muy difícil: obedecer o desobedecer la orden de su amo.

Dunkin dijo: "El perro nunca miraba la carne. Parecía que pensaba que si lo hacía, la tentación de desobedecer sería demasiado grande. Así que miraba fijamente a la cara de mi padre." Dunkin, entonces, hizo esta aplicación espiritual, Hay una lección en eso para todos nosotros: "Siempre mira el rostro del Maestro"...

Tomado de "El Cartero Cristiano" (a este cartero yo si lo espero... y no para morderlo... me suscribí para que me lleguen sus mensajes a mi e-mail) también te recomiendo que visites el blog de Wilmer (webmaster de "El cartero Cristiano").

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, ya sabes lo que tienes que hacer, ladrar cuando te lo diga el amo. Guau, guau

Anónimo dijo...

Señor Perro es usted un Apostata y Renegado: ¡Arderá en el lago de Fuego y Azufre!

Anónimo dijo...

Sin embargo todavía puede arrepentirse. Visite mis sitio "Ministerios Laodicea" y muestre su contrición con una generosa ofrenda: http://reverendo-trinquete.blogspot.com

Anónimo dijo...

Tengo un buen amigo(Ricardo), que tiene un perro hermoso y enorme, no recuerdo la raza , pero es muy grande, y su pelo es blanco.Nos gusta ir a su casa, porque entre otras cosas suele dar demostraciones de lo que su perro sabe hacer, Comienza con lo básico, siéntate, párate, en dos patas, luego hace como que trae una pistola, y le dispara , el perro se hace el clásico muertito, causando la admiración de los presentes. El truco que mas me llama la atención es precisamente el de la carne arriba de su nariz, pone un troza de carne en su nariz, y luego le hace una seña y el perro se queda paralizado, el olor de esa rica chuleta entra por sus fosas nasales, su instinto le dice que lo tiene que comer, pero no lo hace, incluso Ricardo tiene la ocurrencia de darse media vuelta para ver si ya fuera de su presencia el perro desobedece, pero no, el perro sigue ahi, firme en su convicción de obediencia. guau!!! Yo le pregunte que si como habia logrado tal grado de obediencia en un perro , a lo que el me respondió, DISCIPLINA DURA, SOLO ESO, DISCIPLINA DURA.Sería bueno pensar dos veces en esta situación y recordar que a Dios le gusta enseñarnos con amor, pero a veces también aplica la disciplina dura. Resistamos a la chuleta en la nariz, aunque a veces parece que Dios da media vuelta, ahi sigue, esperando ver nuestra obediencia.

Anónimo dijo...

Saludos hermano!
Esa reflexion si que es muy bonita, kisas una de las mejores que he leido.

Te tengo una nueva: Ya estas enlazado desde elcarterocristiano.com
Gracias, Dios te bendiga y prospere tu ministerio.