lunes, agosto 28, 2006

Ser y hacer...


La semana pasada escribí que “Las enseñanzas son para hacerlas”, sin embargo, cuando queremos hacerlo en “nuestras fuerzas” las cosas no resultarán porque “son para vivirse en él, por él y para él...” No puedes “hacer” si no tienes el “ser”…

Jesús dijo: “…Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres...”

La mayoría de nosotros al meditar en este verso, pensamos en nuestra tarea: dar sabor al mundo, preservar al mundo, provocar sed del evangelio, conservarnos puros, hacer, hacer, hacer...

Sin embargo la sal no hace, la sal es... como cristianos debemos pensar más en el ser y el hacer será el resultado.

La sal no da sabor por el hecho de esparcirse sobre la comida... se esparce sobre la comida porque da sabor, esta en su naturaleza. Está en sus moléculas ser sal.

Nunca verás un puño de sal preocupándose por aplicar “Nuevas estrategias para dar Sabor”... Pero cuantos cristianos hacemos estudios, meditaciones, seminarios y congresos tratando de descubrir como hacer nuestra tarea, en lugar de aplicarnos a desarrollarnos en la naturaleza nueva que Dios nos ha dado.

El mismo Jesucristo, llama la atención no sobre “el hacer de la sal”, sino en el “ser sal”, y no desvanecerse, no perder nuestra naturaleza, no perder nuestra consistencia, no perder nuestra calidad.

No debemos “llegar a ser la sal de la tierra” ¡Somos la Sal de la tierra!

Como cristianos hemos sido renovados, cambiados, nacidos de nuevo: ¡Somos nuevas criaturas! ¿Estamos desarrollandonos en nuestra nueva naturaleza?


“…Vosotros sois la sal de la tierra…”
Jesucristo en el monte.

martes, agosto 22, 2006

Se trata de hacerlo...


“…Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas...”

Quién ha escuchado mi testimonio personal sabe que esta historia motivó mi decisión por Jesucristo. Edificar mi vida sobre el fundamento correcto ha sido la decisión más importante de mi vida. Sin embargo, esta historia solamente adquiere su sentido más profundo al contextualizarla en el Sermón del monte.

Jesucristo, ha estado enseñando en el monte sobre las condiciones al seguirle, el origen de la felicidad, el carácter cristiano, lo que debe motivarnos, la oración, ¡El Reino! Para concluir con una reflexión, una invitación, una advertencia... ¡Las enseñanzas son para hacerlas!

Las enseñanzas son para practicarlas… La vida cristiana es para vivirse… Se trata de hacerlo... O, como diría el comercial de Nike: Just do it.

Las palabras clave son: “cualquiera que las oye… y las hace”; las enseñanzas de Jesús son claras para cualquiera, las palabras de Jesús son sencillas para cualquiera, la vida de Jesús es transparente para cualquiera.

¿A qué palabras se refiere Jesús? ¡Al sermón del monte!, esas enseñanzas fueron para todos los que le siguieron para escucharle: Varones, mujeres, jóvenes, niños, familias completas o individuos solitarios... ¿Recuerdas la multiplicación de los panes y los peces? ¿Quién ofreció su comida?

Las palabras de Jesús son para cualquiera... y si cualquiera las puede oír cualquiera las puede practicar, porque son para vivirse en él, por él y para él... hasta un niño... solo necesita querer y Jesús lo hará en su vida.

Somos nosotros los que hemos complicado la Biblia, los que la hemos hecho inalcanzable, los que la hemos hecho impracticable, Porque hacemos de la palabra de vida, letra muerta. ¿Cuántas veces hemos escuchado, eso suena bien, pero debe ser difícil de hacer o seguir?

La casa de esta ilustración es la vida. El sabio o prudente, el que pone en práctica las palabras de Jesús. El insensato, el que no pone en práctica estas enseñanzas, "edificó su casa sobre la arena". Sin embargo ambos tienen la oportunidad de escoger el terreno en que han de edificar. Ambos tienen la oportunidad de decidir.

Quizá eres un oidor atento, puede ser que tengas las notas de todos los sermones, puede ser que hayas realizado una “exégesis profunda” de la Biblia y escrito una serie de sermones sobre algún libro de la Escritura o del mismo Sermón del monte. Pero... la vida cristiana es para vivirse.

¿Cuántos “estudios” has tenido en la iglesia o fuera de la iglesia? ¿Cuántos cursos de discipulado? ¿Cuántas clases de escuela bíblica dominical? ¿Cuántos estudios en casa? ¿Cuántos en la femenil, varonil, jóvenes o matrimonios?

¿Cuántos estás viviendo? ¿Cuántos estamos viviendo?

“…Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace…”
Jesús en el monte según Mateo.

martes, agosto 15, 2006

¡Muéstrame tu gloria!


Cuántas veces nos hemos visto envueltos en circunstancias en al que quisieramos que Dios se hiciera presente... Señor -oramos- confío en ti, y en tus promesas, se que tu responderás e intervendrás en esta situación pero... ¿Podrías mostrarme un poco más?

¡Muéstrame más! estas palabras me hacen recordar la película de Jerry Maguire donde el personaje de Cuba Gooding Jr. dice a Jerry: ¡Muéstrame el dinero! tu vas a mostrarme el dinero. Cuántos necesitamos ver más que solo palabras o promesas, cuántos decimos a gritos ¡Muéstrame...!

¡Muéstrame! es una palabra que suena "poco espiritual"... muchos recordamos la actitud de Tomás el discípulo y meneamos la cabeza pensando ¡Hombre de poca fe!

Sin embargo en el libro de Exodo, encontramos a un hombre, que pidió que Dios le mostrara su gloria, un hombre que necesitó (como en ocasiones necesitamos tu y yo) que Dios confirmara sus palabras mostrándole más...

Moisés prácticamente acababa de salir de Egipto con el pueblo de Dios. Dios acaba de entregar la ley a Moisés, él baja y se encuentra con el pueblo adorando un becerro de oro... Dios desea que Moisés lleve a su pueblo a la tierra prometida, pero entonces la duda asalta a este líder.

¿Alguna vez has experimentado temor al seguir la voluntad de Dios? Yo si. Para nosotros que al igual que Moisés hemos experimentado temor cuando un nuevo y gran reto viene a nuestra vida son estas palabras: ¡Te ruego que me muestres tu gloria!

"Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí. ¿Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra?
Y Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre. El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria." (Ex.33:15-18)

Moisés era una persona que había experimentado la providencia de Dios, era una persona que había experimentado el poder de Dios, era una persona que había experimentado la presencia de Dios... Y las palabras de este líder son: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.

Pero, él dijo algo más, una frase que debería convertirse en nuestra oración no solo en los momentos difíciles: "Te ruego que me muestres tu gloria".

Existen personas que desean tener una relación con Dios solo por “encimita”, pero quien desea profundizar en su relación con Dios deberá buscar su presencia, deberá vivir para su gloria.

Moisés era una persona que reflejaba la presencia de Dios. Cuando bajó del monte, tuvo que cubrir su rostro con un velo, porque su rostro resplandecía.

¡Muéstrame tu gloria! ¡Quiero conocerte de una manera más íntima, quiero experimentarte de una manera más profunda! ¡Quiero seguirte más de cerca! Debería ser nuestra oración cada día.

La mejor noticia es que Dios ya ha mostrado su gloria: Jesucristo. Solo tienes que conocerle, solo tienes que experimentarle, pero, sobre todo ¡Tienes que seguirle!

"Vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre"
El Verbo según Juan

martes, agosto 08, 2006

"Cómo" llegar a ser un "buen seguidor de Jesucristo"...

Observando la forma en que llegan las personas a mi blog (si, para eso tengo el Site Meter) me encontré con una petición a Google algo particular: Cómo llegar a ser un buen seguidor de Jesucristo.

No es particular porque sea poco frecuente, sino porque la mayoría de las veces en las cosas que escribo, intento no ofrecer "cómos"... puedes llamarme idealista, puedes llamarme pensador, ¡puedes llamarme por telefono! pero prefiero que cada uno construya su proceso basado en los principios que enseña la Biblia.

La Palabra de Dios es "nuestra norma de fe y conducta" -dicen o decimos todos los bautristes (y en seguida nos refugiamos en nuestra tradición)- ¡La mayoría de los cristianos decimos lo mismo! las cosas que practicamos, las cosas que hacemos y las cosas que enseñamos a otros a hacer provienen de "nuestra muy particular visión" de lo que decimos que la Biblia dice.

El colmo de los "cómos" es un par de preguntas que plantea un hermano anabaptista (no confundir con los bautristes) en su libro "El tesoro bíblico": ¿Por qué tener reglamentos? ¿Por qué no tener solamente la Biblia?... casí me voy de espaldas esta semana al leerlo.

La intención de los "cómos" es buena (lo sé), se trata de darle al "niño espiritual" las bases para que haga lo básico y se desarrolle en lo demás... sin embargo cuántas veces agregamos "cómos" a toda la vida espiritual.. convirtiendo la palabra viva de Dios en letra muerta de reglamentos...

Los fariseos tenían la misma "saludable intención" cuando reglamentaron y volvieron a reglamentar los "mandamientos de la ley de Dios"...

¿Cómo llegar a ser un buen seguidor de Jesucristo?... ¡No te daré la receta! Pero te puedo repetir las palabras de Jesucristo:

"...Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame..."

martes, agosto 01, 2006

Lo Que la Iglesia No Es (Santa Suburbia 08 parte 1/2)


Tienes que escucharlo! Lo Que la Iglesia No Es (parte 1/2) ¡Ya quiero escuchar la 2/2!


Update: Me he suscrito con My Google y ya he escuchado la 2/2... ahora además tengo todo lo que necesito en mi página de inicio... ¡Es fácil!

Cristianos aquí y ahora...

Desde hace algunas semanas, hay una idea que me ha perseguido y que de alguna manera he tratado "aquí y allá": La vida cristiana es para vivirse aquí y ahora.

Tú puedes decirme: ¡Claro! la vida cristiana es para vivirse aquí y ahora... ¿Quién no la vive de esa manera? Los montones de personas que viven en una ensoñación perpetua de las "moradas celestes" -responderé- (por cierto, muchos se pierden solo en esta línea discutiendo si su "lugar" será de color morado o celeste).

Ahora mismo habemos montones de cristianos pensando en las "coronas" que habremos de recibir, los galardones que llevaremos al pecho y hasta el instrumento y tipo de alas que nos tocarán... ¡Cuando estemos en el Cielo!

Cuántas veces compartí algún pasaje de la Biblia con alguien y al decir "¿Hay preguntas?" fui acribillado con "preguntas apocalípticas" aunque estuviéramos viendo capitulo primero del evangelio de Juan (quizá era porque ambos libros son del mismo autor).

Cuántos cristianos estan más preocupados por hacer aquí para tener allá, cristianos que se la pasan pensando “este mundo no es nuestro, aquí vivimos pero nos iremos” (como dice algún canto) en lugar de pensar en el propósito por el cual están aquí.

Personas que preguntan como vivirán en el cielo, pero no han preguntado como deben vivir en la tierra…

La vida cristiana es para vivirse aquí y ahora… el sermón de la montaña no es una “hermosa idealización de lo que será”, sino una declaración de lo que podemos y debemos vivir.

La vida abundante que Jesús nos ofrece no es para vivirla a “tiempo compartido” en el cielo, sino una vida que puedes hacer tuya a cada momento.

La corona de la vida no es un premio que mereces y recibirás en el futuro, sino un regalo que recibiste en la cruz, cuando Jesús decidió cambiar la corona de espinas que mereces por la corona de vida inmerecida… para que vivas una vida entregada a él (por eso mismo los 24 ancianos lanzan sus coronas a los pies del cordero en el pasaje de Apocalipsis).

La vida cristiana es para vivirse aquí y ahora, Dios desea que comiences a vivir la vida eterna aquí y ahora; Ayer es hoy para Dios, hoy es hoy para Dios y mañana es hoy para Dios… la vida eterna solo tiene un momento: hoy.

La vida cristiana es para vivirse aquí y ahora… ¿La estas viviendo tu?


"...que en las iglesias solo hablen de “petro-cielos"*, me choca..."
La Ovejita Negra.

*Según la Ovejita, todos los tipos de bonos extras que podíamos ganar para el cielo. Con cariño para la Ovejita Negra...