Qué decir de los métodos que utilizamos para "compartir el evangelio": campañas y cruzadas evangelísticas; tácticas con nombres bíblicos como “Operación Andrés”(y no precisamente López Obrador, alias "el peje") “Acción Lidia” “Proyecto Felipe” o “Estrategia Antioquía”; visitación y estudios por las casas; folletos de todos los colores y sabores; llamadas telefónicas y hasta páginas web.
Por supuesto, ahora muchos de nosotros preferimos “escoger amablemente” a que personas compartiremos las buenas noticias de salvación. Nos gustan las personas aseadas y de buena apariencia, con una familia regularmente establecida (aunque a veces aceptamos padres y madres solteros, siempre y cuando cumplan con los dos primeros requisitos), preferentemente de un nivel socioeconómico similar al nuestro... Incluso hay iglesias que han “delimitado un patrón de las personas que desean alcanzar” (son conducidas con propósito definido) fijando un “blanco u objetivo” sin darse cuenta que Dios ya fijó su objetivo: el mundo.
"El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor".
Isaías leído por Jesucristo