miércoles, abril 12, 2006

¿Compartir o hacer la venta?


Cuando era un adolescente, mi hermano y yo trabajamos como vendedores casa por casa, vendíamos un juego de jarra y vasos hechos de “melamina”. La verdad, no sabíamos a ciencia cierta que era ese material, pero al llegar a una casa ponderábamos las características de nuestro producto con el fin de venderlo. En una ocasión una señora preguntó a mi hermano: -¿Qué es la “melamina”? A lo que mi hermano respondió: -Es una aleación de plástico y acero, es un vaso con la durabilidad del plástico pero con la calidad del cristal cortado. Por supuesto que la señora hizo la compra.

Cuantas veces hacemos del evangelio un producto de venta; no nos importa que la gente conozca el “producto” solo nos interesa “hacer la venta”. Compartir el evangelio no es solamente hablar, compartir el evangelio no es repartir casa por casa propaganda del cielo, compartir el evangelio no es gritar por las calles que el camino de la gente es “camino de muerte”.
Compartir el evangelio es compartir diariamente con los demás la vida que hemos recibido, es orar por los enfermos, echar fuera demonios, vivificar a los muertos... es dar gratuitamente lo que gratuitamente nos han dado.

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